En una nuevo marco de análisis e investigación sobre el
fantasma creado sobre los residuos industriales, es posible comenzar nuevamente
a analizar, no a los tipos de residuos - que ya cuentan con numerosas
clasificaciones, agrupaciones, sociedades y asociaciones - para pasar a rever
algunos aspectos de la realidad en esta cuestión.
Partimos de una base inicial que se encuentra regida por las
leyes de la semántica y del mercado. ¿Qué tienen en común la semántica y el
mercado?
Bastante, sobre todo cuando se habla de residuos.
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(Articulo original publicado en www.ambiente-ecologico.com - agosto 1998)
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(Articulo original publicado en www.ambiente-ecologico.com - agosto 1998)
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Primeramente un "residuo" es algo tangible, mensurable
- en forma simple o compleja - pero básicamente estamos hablando de sustancias
o compuestos químicos. Esta es una cuestión semántica. Asimismo la semántica
determina las definiciones de residuo, que encontramos vastamente desarrollada
en numerosos artículos y diccionarios, pero puede decirse en general que un
residuo es algo que no le sirve más..... a alguien.
Con esta simpleza podemos analizar situación por situación
los residuos que cada uno de nosotros arroja porque "no nos sirve
mas" y sabemos que, para otros, ese elemento del cual nos hemos
desprendido es un objeto de valor.
Las latas de aluminio para el común de la gente es un
residuo, pero para algunas empresas es un insumo para reciclar y recuperar. Los
recortes de metales en laminas para muchas empresas son residuos y para las
fundiciones son un insumo. El papel para nosotros es un residuo y para muchas
empresas es un insumo que se recicla. Y así varios casos particulares.
El mercado se mezcla ahora con la semántica, ya que
intervienen diversos actores sociales en forma de personas o en forma de
empresas.
Los frigoríficos generan una gran cantidad de restos de
reses que no son comercializables al publico, pero que sí es adquirido por
empresas que fabrican alimentos balanceados no-comestibles para el ser humano.
Por lo tanto el residuo del frigorífico es algo que "no le sirve mas"
pero qué "si le sirve" al productor de alimento balanceado.
Cuando algo se tira es porque sus principales componentes
son de fácil adquisición en el mercado y de bajo costo. Por eso se tira. Nadie
piensa en tirar a la basura algo que tenga un valor considerable respecto a
adquirir otro. En estos casos resulta mas barato fabricar un producto con un
insumo virgen que recuperarlo del residuo.
Cuándo la mayoría de los envases de gaseosas y otras bebidas
eran mayoritariamente de vidrio, los envases tenían un valor, y si uno tenia
que adquirir una bebida, era clásica la pregunta "¿Trajo envase?" Y
si no lo tenía se agregaba un costo al precio del producto.
El material plástico ha desplazado prácticamente en su
totalidad al envase de vidrio. Sucesivos cambios económicos y relacionados
asimismo con el marketing han derivado en una evolución de los envases. Desde
aquellos iniciales de plástico retornables -más livianos obviamente que los de
vidrio- hasta los de consumo familiar, también de material plástico de
diferente calidad y ahora descartables.
En forma simple es como puede analizarse la generación de
residuos. Lo que no sirve se tira y lo que sirve se puede vender y recuperar.
Debería ser así, pero el mercado dicta su "sentencia" y cuando para
recuperar un producto hay que invertir, es cuando la variable costo-beneficio
se hace más relevante. Si las condiciones del mercado cambian, seguramente y
casi diría obligatoriamente el diagrama de flujo variará. Algo que antes se
tiraba ahora se recicla y reingresa en el circuito productivo.
En el procesamiento del petróleo ocurre lo mismo, uno de los
productos mas refinados es la nafta de aviación y el menos refinado son
aquellos combustibles pesados como el fuel-oil. Se busca maximizar la
refinación del petróleo para aprovechar el máximo de su potencial energético,
ya que de cada proceso surgen "residuos" que en realidad son un
subproducto que es nuevamente refinado para obtener otro producto
comercializable.
¿Qué sucede con los residuos industriales? ¿Qué se DEFINE
por residuo industrial y qué se ENTIENDE por residuo industrial? Entran en
juego aquí diversos considerandos sobre características, volúmenes y otros.
En general y por lo establecido en las normativas se
entiende que los residuos industriales son aquellos que se generan como
materiales sin valor comercial de venta para quien los produce, surgidos de la
transformación - física, química, mecánica u otra - de las materias primas que
la empresa adquiere para fabricar sus productos, agregándose aquellos
materiales como ser embalajes, envoltorios, entre otros., y que no están
ligados íntimamente con el proceso productivo.
La clasificación de los residuos industriales es vasta y puede
decirse que de cada rubro industrial puede estimarse que tipos de residuos
generan.
En varias normativas asimismo se engloba a la totalidad de
los residuos generados dentro de un predio industrial bajo esta denominación:
residuo industrial, que no resulta lo mismo que residuos que provienen de las
industrias.
Los diferentes procesos productivos utilizan una gran
cantidad de insumos secundarios que generan residuos, como así también los que
conforman el "envoltorio" de los insumos adquiridos. Es en esta
diferenciación donde deben realmente profundizarse los estudios a fin de
establecer adecuados sistemas de gestión de residuos.
Muchas empresas que he visitado las considero menos
contaminantes que una familia tipo. Esto es una realidad que no siempre es observada
de esta forma.
Tomando el caso de una pequeña metalúrgica que elabora
recipientes de metal, mayoritariamente sus residuos puede decirse que son
restos de chapa de metal, recortes sin uso, el producto del barrido de la
planta, papeles y cartones, maderas, trapos, virutas metálicas producto del
corte y preparación de la chapa y aquellos generados por los servicios conexos
de cocina y baños. A estos debemos agregar los trapos embebidos con
hidrocarburos que se utilizan en la limpieza de los metales y los recipientes
de estos aceites y grasas para la maquinaria involucrada.
Bien, analicemos la generación de residuos de una sola
persona por mes: además de papeles y cartones y residuos orgánicos se suman
pilas, recipientes con restos de detergentes, amoniaco, productos de limpieza,
abrasivos para limpieza de superficies, recipientes vacíos de aerosoles
diversos y otros.
La utilización de los productos mencionados es totalmente
diferencial en un caso y en otro. En nuestras casas lavamos los platos
mínimamente cuatro veces al día, utilizamos líquidos limpiadores con diversos
compuestos químicos mínimamente una vez al día, tiramos pilas y baterías al
menos una vez al mes y generamos una gran cantidad de residuos orgánicos,
además de otros envases diversos.
¿Una homologia inconsistente? de ninguna manera. Una
industria puede desprenderse de un litro de aceite mineral por mes, lo cual,
según al envergadura de la empresa, no es un dato tan lejano a la realidad, y
nosotros, tirando una sola pila, podemos contaminar mucho mas que ese litro de
aceite.
Esta situación puede tornarse mas critica si analizamos una
industria pequeña de fabricación de bolsas plásticas con extrusoras eléctricas.
Sus residuos prácticamente son reutilizados en su totalidad y su mayor volumen
de generación es de, justamente, las bolsas plásticas donde viene envasado el
pellet que le sirve de insumo. Este pellet la mayoría de las veces se adquiere
ya coloreado, por lo que no se generan restos de colorantes que pudieran
considerarse como peligrosos.
¿Y nosotros? normalmente arrojamos un residuo que puede
contener, según su tipo, carbón, zinc, cloruro de zinc, oxido de plata y
mercurio y que tiene la capacidad de contaminar importantes volúmenes de agua
dulce.
Esto lo hacemos cuando cambiamos la pila de la radio
portátil, del conejo que toca el tambor de nuestro hijo o del control remoto
del televisor y podría decirse que pasamos a ser un generador de mayor
complejidad que la industria mencionada.
Es verdad, se ha hablado mucho sobre el potencial contaminante
de las pilas, pero es justamente eso, un potencial. Si no fuera así, piense
simplemente en este momento en que Ud. esta leyendo esta nota, cuantos niños en
el mundo están jugando con una pila en su boca y no por eso mueren
instantáneamente.
Uno puede poner una pila en un vaso de agua y tomar esa agua
y eso no significa que inmediatamente suframos un ataque de convulsiones que
deriven en la muerte (de todas formas no lo intente), pero sabemos que los
componentes químicos contaminantes de las pilas se encuentran dentro de ella.
¿Es esto una campaña contra la producción de pilas? de
ninguna manera. Anular la fuente no significa anular su potencial contaminante.
Se debe buscar el equilibrio entre un cuidado responsable, continuar con las
políticas de reducción de elementos potencialmente peligrosos en este tipo de
elementos, implementar sistemas de recolección adecuados y sistemas de
tratamiento, recuperación o disposición final que aseguren o la inertización de
los componentes peligrosos o la inmovilidad de los mismos. Tender hacia el
equilibrio y no hacia los extremos como ecología sí pilas no o ecología sí
industrias no.
Es así como podemos establecer un grado de contaminación
potencial entre una pequeña industria y nuestra casa. Y sin magnificar ni minimizar
lo comentado, debemos acercarnos a un análisis correctamente encuadrado de lo
que se intenta denominar como residuos industriales y su diferencia con
residuos generados en la industria.
¿De qué estamos hablando?
De los residuos industriales y de los residuos que se
generan en la industria.
Por la complejidad y volúmenes de varios insumos
industriales y para facilitar las tareas, muchas normativas y legislaciones
aplican el concepto de la totalidad: todo lo que sale de una industria es o un
producto o un residuo industrial. De esta forma se engloban residuos que son
total y completamente homologables a los residuos domiciliarios - que como ya
hemos visto no son tan inocentes como parecen serlo - con aquellos que si
precisan de un tratamiento especial.
Esto en realidad puede funcionar positivamente, y de hecho
así lo hace, ya que surge la obligación de separar los residuos generados en
una industria y que tengan un destino común con aquellos compatibles de los que
ameriten un tratamiento especial para que sean derivados a instalaciones
adecuadas para su tratamiento y/o disposición final.
Cabe una aclaración que, mayormente, en el presente estamos
hablando de residuos sólidos. Quizás por ser los más visibles son los que a uno
se le presentan mas a diario, pero esto no significa que los semisólidos, los
líquidos y los gaseosos no deban ser tomados en cuenta. Queda entonces
pendiente algunos comentarios sobre estos últimos en sucesivos artículos.
Entonces la autoridad que regula la disposición final obliga
a la empresa a declarar los residuos que genera y establece cuales deben ser
derivados y hacia donde, planta de tratamiento o directamente disposición
final, previa adecuación o no, según el tipo de residuo.
Retornando al tema semántico, se debe hacer mención a que el
común de la gente recibe los mensajes sobre los residuos industriales como que
son algo similares a la sangre del famoso alienígena de la pelicula “Alien, el
octavo pasajero”. Los medios de comunicación muchas veces ante la aparición de
una gran cantidad de tambores en un terreno abandonado titulan sus
publicaciones como "Residuos Industriales Abandonados cerca de una
escuela" o algo por el estilo.
Aunque muchas veces estos tambores pueden contener solo
aire, otras veces son en realidad residuos químicos abandonados por la
negligente acción de un industrial o de un transportista. De todas maneras,
puede tratarse también de tambores con cloruro de sodio que por algún motivo no
fue de utilidad y alguien resolvió abandonarlo, se trata simplemente de sal
común (he participado de un operativo que arrojo este resultado).
El problema en este caso fue toda la infraestructura
movilizada al principio del operativo hasta que se abrieron la totalidad de los
tambores y se determino que todos tenían el mismo material: sal común. No pudo
saberse él porque de su abandono, pero de todas maneras no podemos dejar de
mencionar que se trató de una acción negligente.
Es por ello que resulta de vital importancia saber y conocer
de que sé esta hablando cuando mencionamos y nos referimos a los residuos
industriales. De otra forma caeríamos nuevamente en aquello que los técnicos
intentamos erradicar para llegar al equilibrio: las generalizaciones, que no
hacen mas que complejizar los encuadres, mostrar un panorama caótico, señalar
indiscriminadamente a los industriales como la raiz de todos los males y
propender hacia políticas facilistas de pretender anular las acciones sin
evaluar sus consecuencias en lugar de analizar técnicamente las mejoras sobre
esas acciones.
Como una serie de comentarios concluyentes debe considerarse
lo siguiente:
- No todas las industrias son los únicos actores sociales generadores de residuos considerados como peligrosos
- Los residuos industriales pueden ser tanto sustancias que precisen de un tratamiento especial para su inertización y técnicas especiales de disposición final como así también residuos de menor "calidad contaminante" que aquellos que nosotros arrojamos a la basura a diario en nuestras casas.
- No siempre la gestión de los residuos en las industrias es producto de una acción deliberadamente negligente.
- No todos los industriales cumplen las normas así como no todos las omiten deliberadamente
- No todos los profesionales, asesores y consultores conocen las normativas en su totalidad y por ende no asesoran correctamente a sus clientes
- No siempre las autoridades establecen adecuados canales de información sobre las normativas de aplicación y no siempre estas normativas son adecuadamente viables de aplicación tanto económica como técnicamente
- La generación de políticas de control de residuos no siempre se acompaña de políticas económico-financieras particulares para el sector; no debiera ser lo mismo en cuanto a requisitos la solicitud de un crédito para adquirir un vehículo que para construir una pequeña planta de tratamiento de efluentes.
- No son suficientes los canales de intercomunicación entre las diferentes cámaras empresarias para fomentar el intercambio de información en cuanto a que existe una gran cantidad de "residuos" de un rubro industrial que pueden ser utilizados por otro como insumos, promoviendo el reciclado y recuperación y minimizando la corriente de desechos.
- No siempre las autoridades funcionan como guiadoras y consejeras de base sino más bien como aplicadoras de sanciones
- No siempre la legislación y normativas que se establecen se adecuan a la realidad y caen en generalizaciones que complejizan los conceptos
- No todo lo que se dice que es malo es realmente malo; merece atención, no sanción.
¿De qué debemos hablar?
- De los residuos generados por las industrias, según su tipo y según sus características.
- De políticas de promoción de actividades menos contaminantes o en su caso de procesos que maximicen la utilización de los insumos y la minimización de desechos.
- De políticas económicas nacionales, regionales y locales que promuevan el fácil acceso a créditos blandos para su aplicación a la adquisición, implementación, adecuación y otras acciones destinadas al mejoramiento de la gestión de los residuos industriales, desde su generación, manejo, tratamiento y disposición final
- De la promulgación de normativas técnica y económicamente optimizadas y de fácil aplicación. De nada sirve una legislación que obligue a las empresas a tener actualizado sus planos de instalaciones electromecánicas y no se generen normativas que ayuden y guíen a los generadores sobre la gestión y manejo de los residuos.
- De una lógica técnica en la generación y aplicación de las normativas. Esto significa no inundar el marco legal de aplicación a las empresas y exigir su cumplimiento sin un orden lógico: tal como el ejemplo anterior, debiera ser más importante el control de gestión en la aplicación de normas especificas para que, como ejemplo, la empresa pueda derivar flujos monetarios a la adquisición de un sistema de tratamiento de sus efluentes líquidos antes que, sumado a este sistema, deba también erogar una cantidad de dinero para actualizar los planos de obra civil, de instalaciones electromecánicas, planos de desagües y otros, que promueven a la inacción.
- De una comunicación fluida, clara, concreta y técnicamente viable de la normativa de aplicación. La importación de normas foráneas hacia socio-culturales y económicos diferentes muchas veces promueve a que sean prácticamente inaplicables.
- De una concientización sobre los residuos de la sociedad en general y una particular hacia el sector industrial sobre su manejo y gestión.
A fin de comprender el contexto legal cuando se redactó el articulo, se debe considerar que las mas importantes normas ambientales nacionales y de la Provincia de Buenos Aires - tomada como referente por casi todas las restantes provincias - , eran todas de reciente sancion y e incipiente aplicacion:
- 1991 - Ley Nacional 24051 de Residuos Peligrosos - Decreto Reglamentario 831 (1993)
- 1993 - Ley Provincial (Radicacion Industrial) 11459 - Decreto
- 1995 - Ley Provincial (del Ambiente) - 11723 - (sin reglamentar)
- Reglamentario 1741 (1996)
- 1995 - Ley Provincial (Residuos Especiales) 11720 - Decreto Reglamentario 806 (1997)
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